Ciudades

Singulares arquitecturas que nos anidan, que nos agrupan, que nos dividen

Espacios adaptados a nuestro culto, a nuestras ansias, a nuestro ego

Opacos caminos al desasosiego

Carreteras que vierten fuego

Chimeneas que se alzan al cielo,

dejando un gris nobuloso y algo espeso

Sin miedo digo que no os quiero,

pero sin embargo, no puedo.

A veces se hace tan extraño saber

que mi balcón es el único espacio de mi hogar

que deja libre el aire para poderlo respirar...

Que entonces me entran unas ganas infinitas de volar

A cualquier otro lugar, tan solo con la singularidad del verde

Volar a esa tierra sin asfalto

Sin cemento

Sin el bullicio eterno

Volar con los pies descalzos

Y sentir la esponja del verdadero suelo

Y su cielo, limpio y fresco

De noches destelleantes, lo echo de menos.

En los parches es ocio verte, sentirte y hasta quererte

En la ciudad todo se para y necesito olerte.

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